Crítica: Precious

CRÍTICAS DEL 2009/2010
PRECIOUS
Más fea que la parte de atrás de un frigorífico

Suelo poner el título original o en todo caso, internacional, en el blog, pero aquí me niego en rotundo en ponerle la estúpida coletilla de based on the novel "Push" by Sapphire, absurda e innecesaria, ¡que para eso tenéis los créditos!
Precious cuenta la historia de Clarice Precious Jones (Gabourey Sidibe), una muchacha negra (en una época y sociedad donde aún el racismo no ha sido erradicado) de 16 años cuya vida es un auténtico infierno. Precious es analfabeta y acaba de ser expulsada por embarazarse de su segundo hijo. Joder, con esto ya se puede construir un buen drama bien triste y con crítica social... Pero además su primera hija es síndrome de Down. Precious, para más inri, no se ha quedado embarazada voluntariamente sino que ha sido múltiples veces violada por su padre. Además Precious es pobre y vive de las caridades de la seguridad social, pues su madre (Mo'nique), que la odia, insulta y maltrata, no trabaja, y se pasa el día encerrada viendo la televisión; incluso a veces, Precious, se ve obligada a robar para poder comer. Pero aún hay más, Precious padece un importante sobrepeso, no es una chica atractiva, y acaba de descubrir que porta el virus del SIDA.
¡Qué triste todo! ¿No? Cualquier guión sale adelante y construye una buena película narrando cualquiera de estas calamidades (Philadelphia con el SIDA, por ejemplo). Así que el espectador se ve intensamente vapuleado, cuando todo parece que no puede ir peor, una nueva desgracia ocurre a Precious (no siempre bien resultas ni tratadas, pues algunas resultan irrelevantes para la cruda historia). La película se alardea de realista (siempre queda muy bien lo de poner "basado en hechos reales"), pero tras tanto palo, uno se plantea: "¿en serio?". A mí personalmente, me resulta exagerada a más no poder, el objetivo del drama es hacer llorar al espectador, no por la labor de dirección o un buen guión (como ocurre, por poner un ejemplo, con Where the wild things are), si no por la miserable vida de la joven Precious. Y esta pretensión desmedida me llegó a decir "basta" en cuanto conocí el nombre de la hija de Precious: Mongo (hipocorístico de Mongolita o Mongoloide o algo así). Los malos malísimos de la película son Sapphire (autora de la novela) y Geoffrey Fletcher (guionista) por crearle una vida tan indeseable a la pobre Precious.

Alejándonos del argumento, Lee Daniels también es bastante perverso con el espectador y guía una película de forma caótica y amateur sin ningún pulso dramático más allá de los hechos narrados, ¿alguién se creyo de verdad que Mary Jones quisiera matar a su hija tirándole el televisor? Una de las escenas más poco creíbles del año. Tampoco funcionan los deseos de Precious de ser una moza rubia buenorra con el una larga melena (risible escena en la que así se ve reflejada en el espejo), ser superfamosa y liarse con el maromo de turno de la sonrisa bonita. Esas escenas sólo conducen a una misma cosa: incidir en lo perversamente triste que es la vida de Precious. En este aspecto tampoco funciona su banda sonora, escesivamente dulce y tierna, como el sonido de una preciosa caja de música con su bailarina de ballet con tutú rosa...
Ante tal panorama la pobre Precious sólo ve una salida real a su vida con la asistenta social (María Careyh), y su profesora de la escuela alternativa (Paula Patton), que regalan algunos de los momentos simpáticos de la película (también otros absurdamente bonitos y dramáticos como el de Precious llorando a lágrima viva y la pava de la maestra, en vez de darle un abrazo como tenía que haber hecho, le dice, a punto de llorar, "escribe, escribe"... ¡qué bonito, qué épico!).
Aún así, no todo en Precious es feo de cojones, y debemos resaltar la labor de su reparto: las más que correctas Careyh y Patton (esta última también encantadora), Mo'nique, no sé si para tanto alboroto, pero sin duda su actuación tiene mucha fuerza (aunque su personaje sea un asco) y en el tramo final gana terreno a cualquiera. Pero para mí, la mejor de todas, Gabourey Sidibe, ella es el centro y alma de la película y es por su actuación por la que finalmente uno siente cariño por su personaje y no por los fatídicos hechos de la trama.
Precious no es una mala película (no, al menos, deplorable), pero que su condición desmedida pro-lágrimas acaba ahogando cualquier momento realmente dramático, sobrevalorando exageradamente más el "qué" que el "cómo". Pero finalmente, lo que hace que esta película no sea un fracaso absoluto, (SPOILER) aunque también pretendidamente bonito y lacrimógeno, es su final semifeliz, que te deja un pequeño vestigio de esperanza, y ver a Precious sonreír no tiene precio (FIN SPOILER).
NOTA: 5 (* *+)

Lo mejor: Gabby Sidibe. Buen póster, por cierto.
Lo peor: pretendidamente exagerada y cruel. Salvo cuatro cosas destacables, y aunque quiera serlo, es una película nada precious.

De cara a los óscar: Inexplicablemente, una de las favoritas al óscar desde Sundance. De haber cinco nominados a mejor película optaría a por la estatuilla, pero no más. Más desconcertante resulta la nominación de Lee Daniels, el peor de los cinco nominados y de los muchos que optaban a la nominación (Haneke, Blomkamp, los Coen, etc.). Sidibe merece su nominación, y de no estar Mulligan, también el premio, pero no lo logrará (el duelo Streep vs. Bullock). Guión adaptado no sería del todo descabellado, pues es la máxima contendiente junto con Up in the air, pero que la de Reitman se quedara sin este premio sería bastante sorprendente. La única posibilidad (y premio cantado) es Mo'nique.