CRÍTICAS DEL 2009
BRONSON
La naranja podrida
Esta película va sobre el apodado Charles Bronson, un señor que está considerado como "el hombre más peligroso de Reino Unido". Es un preso ultrapeligroso que no ha matado nunca a nadie muy acostumbrado a usar la fuerza y a recibir palizas para ser reducido.La naranja podrida
Mierda. Joder, no he podido controlarlo, me ha salido solo. Y yo que intento no contar ningún spoiler nunca (o al menos avisarlo) y os he destripado la película. Lo siento mucho...
No se me ha ido la olla (aunque en realidad nunca he tenido olla como para que pueda irse), os he contado el final de la película... y el principio, y básicamente cualquier minuto de metraje.
La película nos es más que una sucesión de videoclips superchulis sin ninguna conexión; escenas violentas repetitivas e igualicas todas.
Bronson se nos presenta como un loco al que le apasiona la violencia y hace uso de ella sólo porque le gusta pegar cates y hostias a diestro y siniestro recibiendo por ello duras (aunque hay que tener cojones) represalias. Yo te pego, tú me pegas. Lo decoramos todo con cuatro personajes insustanciales y cuatro pasajes diferentes (ahora estoy en la cárcel, ahora en un manicomio, luego salgo a la calle, luego me vuelven a encerrar y soy un artista... pero a hostias todo), y hala, ya tenemos el argumento para una película.
No podemos negar que el film puede presumir de una estética muy, muy chula gracias a unas buenas fotografía y dirección artística y a una banda sonora llamativa que mezcla música clásica con electrónica, que convierte en atractivas a las escenas de violencia. También es muy destacable la labor actoral de Tom Hardy, pero realmente está en estado de gracia en las escenas del teatro: es aquí donde la película realmente funciona y nos introducimos en la mente de Bronson. Bueno, el tío está bien en toda la película, pero ni él, ni la estética la salvan de las repetitivas escenas inconexas que asolan la pantalla, innecesarias y hasta cierto punto gratuitas. Y encima te ponen por toda la cara a un señor presidario que defeca sobre la planta de sus manos para posteriormente ungir las heces resultantes sobre su cutis cual cosmético de última generación (tomad el uso del lenguaje culto como medio de disculpa).
Y todo esto ¿para qué? Pues para repetir que la violencia genera más violencia, o si rascamos más, podemos entrever que el director quizá quiere expresar que la sociedad no es capaz de sofocar la violencia, un probelma difícil de solventar, e incluso que las cárceles no tienen el objetivo de rehabilitar a los presos.
Vamos, aunque no quiera, son evidentes las comparaciones con la película de Kubrick, tanto que Bronson acaba resultando un remake malo de La naranja mecánica. Y me da coraje, mucho.
NOTA: 4 (* *)
Lo mejor: Hardy y la estética.
Lo peor: Bronson es una naranja mecánica, pero Bronson, una naranja podrida.
PD: La próxima crítica será una crítica feliz, que ya toca.